domingo, 13 de diciembre de 2009

Soy franco-italo-alemano-hispano-olmeca-mexicano…

El pasado 2 de noviembre, el ministro de “Inmigracion, Integracion, Indentidad nacional y desarrollo solidario” francés lanzó una página en internet dedicada a recibir los comentarios de los internautas acerca de una pregunta: "¿Según usted, en qué consiste ser francés?” con el objetivo de “reforzar nuestro orgullo de ser francés”…
La existencia misma de este debate fue rechazada por los sectores de oposición que acusan al gobierno de orientar el debate sobre temas tradicionalmente lanzados por la ultra derecha, a tan solo tres meses de las importantes elecciones regionales de marzo...
Y en efecto, tras un mes de debate, el Ministerio tuvo que suprimir el 12% de los comentarios. Eran racistas, xenofóbicos y antijudíos y fueron redactados por militantes de ultra derecha, muy activos en la red. El propio presidente Sarkozy se expresó en una columna para tratar de calmar la polémica.
¿Y yo?
-"Soy francés porque hablo francés". Para nada. Imagínense el peligro de fundamentar la identidad nacional en el idioma: los Belgas, Congoleses, Quebecquenses podrían reivindicar la nacionalidad, y al revés habría que excluir a los miles de ciudadanos franceses que no manejan perfectamente la compleja gramática francesa.

-"Ser francés es estar orgulloso de la cocina de nuestro país". Entonces fuera a todos los jóvenes que se nutren con sándwiches del MacDonald's, Subway...de los restaurantes turcos, de la comida rápida china (la más barata en París).

-"Ser francés es reconocer y respetar los valores y los símbolos nacionales como, la bandera tricolor y conocer la Marseillaise". Yo no me sé ni la decima parte de esta canción belica del siglo 18 que nos sirve de himno y si mañana quemo la bandera nacional no dañaré a nadie.

-"Ser francés es contribuir a la actividad económica del país". Entonces demos la nacionalidad a los cientos de miles de trabajadores indocumentados que construyen, limpian, manejan, cocinan 40 horas a la semana, y al revés quitemos el DNI a los millonarios que esconden su dinero en Suiza, Panama y las islas Bahamas para pagar menos (o nada) de impuestos.

-"Ser francés es asumir la tradición católica del país". Creo que las leyes de laicidad (prohibición del velo islámico en las escuelas públicas, obligación de respeto a las otras creencias) muestran por sí mismas el límite de esta afirmación.
Así podríamos seguir demostrando lo absurdo de los numerosos comentarios de los internautas en el portal del gobierno.

Muchas veces en México la gente me pregunta si me considero más francés o mexicano (por mi doble nacionalidad). Me di cuenta que toda clase de cuestionamiento acerca de la identidad (nacional o de otro índole) lleva a una respuesta vaga, complicada, y de todos modos tan matizada, que impide toda “medida concreta legislativa” según las palabras del ministro que cuenta sacar conclusiones prácticas después de este debate.
Conclusión: es imposible definir qué es ser francés porque sabemos que existen tantas identidades como humanos.

Foto: Esparta.

1 comentario:

Rosa Isabel dijo...

bionten¡Qué atrevidos! Pretender extender la cuestión de la nacionalidad, en tanto vínculo político, a la esfera de la identidad es una reverenda tontería, en mi opinión. La identidad, que involucra entre otros aspectos, la libertad de conciencia (y ésta, a su vez, la libertad de pensamiento y la de religión)no puede ser definida por una "mayoría". No tiene sentido plantear medidas legislativas "concretas" a partir de una supuesta conciencia social,ya que ésta no existe. La conciencia es íntima, netamente íntima, así que no puede haber una "social" como resultado del conglomerado de individualidades.

En fin, ¿cómo puede preguntarse por el ser francés como si la pregunta por el ser estuviera respondida de antemano? Lo que subyace aquí es una filosofía de marcianos...