viernes, 9 de octubre de 2009

Yo, ministro, pagué para tener relaciones

Es la polémica del momento. Nació en la tv, creció en la prensa, se desarrolló en las conversaciones de la pausa café y acabó por una entrevista del interesado en TF1, el canal más visto en Francia.
En breve: el recién nombrado ministro de la Cultura francés, Frédéric Mitterrand (sobrino del ex presidente François Mitterrand) es acusado de hacer una apología del turismo sexual y de la pederastia. A raíz de esta acusación hay un libro, La mauvaise vie (La mala vida), publicado en 2005, donde el ministro de la Cultura narra episodios muy parecidos a los que él mismo reconoce haber vivido cuando hizo turismo sexual en Tailandia. (Algunos pasajes en esta nota de El País).
La mauvaise vie volvió a salir a la luz pública después del arresto, en Suiza, del célebre cineasta franco-polaco Roman Polansky, acusado de haber tenido sexo con una chica de 13 años en los años 1970. Mitterrand sumó su voz a la de muchos que defendieron el cineasta criticando la decisión de justicia de encarcelarlo por hechos ocurridos 30 años después.
Y fue durante un debate televisivo sobre esta decisión de justicia, cuando Marine Le Pen, una de las líderes del FN (partido ultraderechista francés) pidió la renuncia del ministro de la cultura supuestamente culpable de apoyar a la pederastia tanto en su libro como en su defensa de Polansky.
Aunque Mitterrand precisó que jamás se acostó con menores de edad, varios dirigentes políticos pidieron su renuncia, tal como el socialista Benoît Hamon bajo el argumento que promueve la explotación sexual en el extranjero.
En la entrevista en TF1, la periodista volvió a preguntar varias veces al ministro si “reconoce haber tenido relaciones con muchachos”, como si el fondo de la polémica fuera la homosexualidad del ministro y no el turismo sexual, una “amalgama” que denunció Mitterrand. En realidad, el ministro reconoció sin problema haber tenido relaciones con hombres, jóvenes, y nadie lo culpó por esto, dado la tradición implícita que tienen los periodistas de no meterse en los asuntos íntimos de los políticos.
Así que la pregunta principal que se plantea es la siguiente: ¿Puede o no un hombre, confesar que ha pagado por relaciones sexuales y ocupar un cargo de ministro de la república?

1 comentario:

Óscar Valero dijo...

En España, por ejemplo, un presidente de una región reconoció haber perdido la virginidad en un burdel. El PP (derecha) le criticó, pero la polémica se extinguió al poco tiempo.

http://www.publico.es/espana/politica/152176/miguel/angel/revilla

En realidad lo grave para mi es el abuso de menores.